Unos días en autocaravana en Ariège

Por suerte estuvimos en Les Cabannes un domingo, así que pudimos hacer el mercado local.
Después de pasar una mañana paseando por el pueblo y comiendo en el restaurante de la granja Maison Lacube, que sirve muchos platos locales, tuvimos la buena idea de subir al Plateau de Beille.
Los niños se montaron en sus bicis y les esperamos en la cima. Aficionado al ciclodeportivo Ariégeoise, mi marido quería probar esta subida de la que tanto había oído hablar.
Mientras les esperábamos, los niños observaban las vacas y estaban encantados de que estuvieran allí mismo, pastando delante de nosotros.
Para la tarde, reservamos un cani-rando. ¡Nos gustó mucho ir acompañados en este paseo!

Después de alojarnos en el parque de autocaravanas de Ax-les-Thermes, disfrutamos mucho paseando por las calles de este pueblo. Sumergimos los pies en las piscinas de agua caliente, ¡un recuerdo maravilloso para los niños! Por la tarde, cambiamos nuestros vehículos por el telecabina y ¡subimos hasta 1400 m! Por suerte, estábamos allí durante las vacaciones escolares, así que el telesilla también estaba abierto y pudimos acceder a la meseta del Saquet, a 2000 m. Por la noche, regresamos a Ax-les-Thermes y, tras una buena comida en el restaurante, nos alojamos en el Wellness Sport Camping. Al día siguiente, los niños disfrutaron de la piscina y nos quedamos un día más de lo previsto. Aprovechamos para ver las marmotas en el valle de Orlu.

Después de un agradable día de relax el día anterior, salimos temprano a la carretera para llegar a Donezan. Yo conducía la autocaravana y pasamos por el Aude, ya que la carretera es un poco estrecha por el Col de Pailhères y queríamos tomarnos nuestro tiempo. Los chicos subieron el Col de Pailhères y nos encontramos en Mijanès. Durante el día, hicimos un recorrido por los pueblos. El paseo nos llevó por el pueblo de Artigues, donde almorzamos en Le Sapin Rouge, ¡un restaurante delicioso!
Terminamos nuestro paseo y luego volvimos a nuestras autocaravanas para pasar la noche en el camping Le Bosquet.
Al día siguiente, tocaba volver a casa. Todos lo pasamos muy bien, los chicos superaron sus límites ciclistas, dimos un buen paseo y ¡los niños ya han decidido volver el año que viene!